Gonzalo «Pepa» Padilla es uno de los sobrevivientes del naufragio en Puerto Aragón. Luego del milagroso rescate en el río, donde estuvieron 17 horas flotando, habló sobre lo vivido y dejó testimonios estremecedores.
«El hecho ocurrió a las 15.30 horas cuando se me dio vuelta la lancha, veníamos los cuatro con chaleco salvavidas, tres sabíamos nadar y mi papá de 68 año no sabía», comenzó su relato en dialogó con Leonel Cavallera en el programa «Para Todos» por LT23.
Siguiendo en esta línea, el oriundo de Centeno aseguró: «Quedamos los cuatro flotando, uno de nosotros, el oriundo de Piamonte, entró en crisis de nervios, salió nadando para el otro lado y ahí fui yo, lo busqué, lo cargué y lo traje»
Posteriormente indicó que habían estado pescando «en el bañado» y le había puesto una pesa con una soga larga a la lancha y fue eso lo que ayudó en definitiva a que la lancha quede firme.
«Yo sabía que iba a ser muy larga la espera pero en ningún momento trate de mostrarme preocupado para no darle miedo a los chicos. Para colmo no hay isla, está todo inundado, solamente hay agua», añadió.
Asimismo Padilla afirmó que donde estaban el agua les daba «en la pera» y pasaron 17 horas hasta que llegó este pescador, aunque confirmó que previamente estaban ya alucinando que veían gente continuamente.
«El agua era helada pero siempre intentamos poner paños fríos a la situación, cuando uno quedaba en silencio el otro trataba de hablar para dar aliento y así la fuimos llevando», contó el sobreviviente.
Gonzalo Padilla, actual chofer de la empresa Güemes, aseguró que estuvieron permanentemente agarrados del casco de la lancha que estaba al revés, tres sobre la punta y el restante del lado del motor. «Perdimos los celulares, billetera y todo lo que llevábamos encima en el momento que la lancha se dio vuelta», ratificó.
Acerca de la soledad con la cual se encontraban al paso de los minutos dijo: «Veíamos gente con reflectores que estaba cazando y demás pero estábamos lejos de todos. Yo siempre voy por el mismo lugar a pescar hace 10 años que fue por donde me buscaron el martes todo el día pero ese día andábamos con uno que no conocía quisimos ir a un lugar nuevo a conocer, cambié el rumbo».
Sobre el final del relato manifestó que el pescador los encontró a las 8 y media de la mañana del martes, los trasladó hasta la orilla de Puerto Aragon donde quedó su papá y otro muchacho y fue él quien junto a «Moroco» el pescador salvador, fue a dar vuelta la lancha y volverla a traer con ayuda de «Los Pumas» de Irigoyen.
«Lo que menos me importaba era la lancha, sólo quería llegar a mi casa abrazar a mi mujer y a mis hijos», culmina Gonzalo.