Luis Racigh, un gran emprendedor

Luis Racigh, un gran emprendedor.
Por Daniel Racigh (hijo)

Él comienza a trabajar de muy joven…con apenas 19 años, como lavacopas y luego como mozo de la confitería Malavasi junto con algunos de sus hermanos, como ya se comentó en otras reseñas, eran los encargados de armar los copetines y en Santa Anita después que don Manuel Malavasi vendiera la confitería que estaba junto al cine moderno.

Se llamaba Luis Marcelino Racigh, nació el 6 de Abril de 1920 y falleció a los 88 años, casado con Irma Ester Liñan, tuvieron tres hijos, Juan Carlos (Cholda), Daniel Luis (quien relata) y Óscar Raúl (Cachi), mi hermano más pequeño y de ellos, 9 nietos. Una gran familia que lo recuerda con amor.

Ya hecho un padre de familia inició un emprendimiento como vendedor de leche, con mi hermano Juan Carlos lo acompañábamos. Salíamos a las 6 de la mañana a repartir la leche, la gente en esa época dejaba el hervidor y las monedas abajo y nosotros entrábamos y le llenábamos el recipiente.

Era muy innovador, y en ese momento diseñó un vehículo diferente para su actividad, en lugar de jardinera armó un carrito, como un acopladito, con techo de aluminio y ruedas de goma, le puso una lanza y armó un pescante como si fuera una jardinera, los tachos iban atrás cubiertos y le puso una vara para tirarlo con dos caballos, la verdad que esos caballitos llevaban ese carrito de lujo, livianito por las ruedas de goma. Mi papá era muy cuidadoso, muy organizado, él siempre tenía cuatro caballos o alguno más también, dos en el campo y otros dos trabajaban, una semana cada yunta, los fines de semana nos íbamos en la jardinerita o el carrito y los rotaba.

Al tiempo pone una sodería con don Manuel Malavasi, se llamaba “La Florida” de Malavasi y Racigh, N° 044, inició en la calle San Lorenzo, dónde vivimos nosotros durante muchos años, entre calle Necochea y Rinaldi. En la cuadra siguiente estaba Ambor, en la esquina con su fábrica de bicicletas, también familiar nuestro y otros vecinos de la época que recuerdo Spedaletti, Biolatto, Melagrani, Rullo, Broda, Soldo entre otros. En una época incorporó una venta de vinos de San Francisco, y luego le vende la sodería a una firma de la ciudad compuesta por tres socios; Bianco, Trossero y Marzetti, debido a que ya estábamos instalados en las 5 esquinas con un bar.

Al bar lo conocían como “el boliche de las 5 esquinas”. Ahí estuvimos varios años, teníamos el bar y a la vez la casa de familia. Al lado estaba la Bicicleteria de Baima, a la derecha una rotisería de Jurado y adelante la verdulería de “Valija” Garnero, un personaje de entonces ayudado por “Pocholo” Chiavon y en la ochava de la vereda estaba el kiosco de madera de mi tía Juanita Racigh, luego pasa a ser de mi tío “Nene” Liñan, fue atendido mucho tiempo por Ruben Mariño, y posteriormente se lo venden a Gilberto Ferrero.

Después se dedicó a la venta de pescado. En aquellos tiempos el otro pescador era el Sr. Bernardi. Papi comenzó con un rastrojero yendo a buscar el pescado con el tío Pedro, quien luego puso su fábrica de pastas. Tenía un cajón con hielo donde traía los pescados frescos. Iba los domingos a Arocena y Coronda, al Comi Pini y toda esa zona, donde había gente que pescaba para él. Vendía a la tarde en la parada fija de las 5 esquinas, la gente ya sabía en qué horario estaría y se acercaba a comprar ahí y el lunes a la mañana hacia un recorrido por los barrios. Tenía un parlante y había inventado un cantito muy jocoso que decía así…”Si usted quiere ser feliz…comprele pescado a Luis…Moncholo, surubí, mojarrita y patí…”

Al tiempo tubo una carnicería pegadito a nuestra casa sobre calle Silvio Arcas. Era muy cuidadoso en traer buena carne, en esa época íbamos a la feria, se compraban los animales, se elegían ahí mismo. La feria estaba camino a SanCor y doblando a la izquierda, pasando el vivero donde trabajaba Don Teodoro, gran cliente de la ginebra en el Bar de las 5 esquinas.

En el año 1966 se muda con toda su familia a la ciudad de Villa Carlos Paz donde continúa trabajando en el rubro alimenticio. Al tiempo vuelve a su ciudad natal, con su señora e hijo menor, Oscar, compran una sodería a Savarino y Calcaterra y modernizándola, se instalan en calle 1ra. Junta 748. También incorporan al rubro la venta de vinos Predilecta. Atendiendo por varios años a una distinguida clientela de Gálvez.
Cabe destacar que la vida de Luis, se vió cruzada por el arte. Canto, baile, folclore, teatro eran moneda corriente en sus días. Con esta pasión conformó un grupo folclórico junto a Yoyo Astrada, obras de teatro junto a Betty Frutos, actuaciones en las Peñas del Club Centenario y hasta sus últimos días, recitaba con gran soltura aquellos versos que llevaba en el alma.

Fachada del “boliche de las 5 esquinas”.
Fachada del “boliche de las 5 esquinas”.
Sifón de soda de la firma “La Florida” de Malavasi y Racigh, N° 044.
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