«La Mabel»

Por Osvaldo Colombotto

Era el año 1938, y en la esquina de Humberto Primo (hoy Belgrano y Dorrego), Don Antonio Colombotto abría las puertas de “La Mabel”, dando inicio a un comercio que paso de generación en generación…

Luego, el “Almacén de Colombotto” para 1940 se trasladó a la esquina de 20 de Junio y Belgrano, donde funcionaría por más de 70 años.

Su historia la cuenta Osvaldo Colombotto, su propietario, en primera persona:

Mi Abuelo, “Don Antonio”, fue quien se inició en este rubro, aprovechando sus viajes a Rosario, como una especie de comisionista, y tiempo después, invitó a mi padre Eduardo “Don Tito” Colombotto y a Norberto, mi tío, a ser parte del negocio.

Después Norberto se separa de la iniciativa y abre un comercio en la calle Hipólito Irigoyen, y en el año 1969 Don Antonio se acoge a su jubilación, por lo que “Tito” quedó al frente del negocio con la colaboración de mi mama Gladys Grassetti.

Yo desde chico comencé a trabajar en el almacén, y cuando terminé la escuela primaria, le dije a mi padre que no quería estudiar más, entonces me dijo: “Es hora de trabajar”.

Ahí arranqué, a los 12 años, y hoy estoy cumpliendo 50 años en el rubro. Siempre nos dedicamos a la venta de artículos de almacén, pero recuerdo que por aquellos días había una oferta más amplia y se vendían hasta sillas de madera, sillas torneadas de paja y artículos a granel.

Por entonces era un trabajo diferente a lo que hoy estamos acostumbrados; no había tanta diversidad de productos. Recuerdo por ejemplo que estaba el jabón en polvo Federal, y que para la ropa buena se usaba el Lux en escamas o el Camellito, y hoy hay ¡miles de marcas!

Tengo varias anécdotas…una muy curiosa me lleva a cuando comencé a laburar con mi papa. Tenía una bicicleta rodado 24, llevaba un carrito que ataba al asiento con alambre y estaba llevando un pedido a Avenida República, ahí no había asfalto, y en un momento se me levanto y se me dio vuelta el carrito con toda la mercadería. ¡Rompí todo! No sabía cómo decirle a mi padre…

Y también recuerdo que mi papá, que ya lo hacía junto a mi abuelo, era un especialista en decoración utilizando las latas de mercadería, armando pilas a las que les ponía ¡luces adentro!

Le gustaba siempre el orden y se caracterizaba, y nos caracterizábamos, por la limpieza y el surtido en un negocio dentro de este rubro.

En el año 1992, comenzamos con la modernización del local, transformándolo en “autoservicio”, y tres años más tarde, Don Tito, dejó de participar en la sociedad.

Y en el año 1997, volvimos a renovarnos para brindar una mejor atención.
“Autoservicio La Mabel” lleva el nombre de mi tía, por iniciativa de mi abuelo y con el paso de los años me pareció que era un nombre impuesto y que no era necesario cambiarlo, y por ello, cuando nos trasladamos al nuevo local, 20 de Junio y Alberti, hace 16 años, resolvimos continuar con la tradición.

Hoy los comercios afrontamos una situación difícil, debiendo tener mucho cuidado en las inversiones, el surtido y las promociones en tarjetas de crédito, cosa impensada en nuestros inicios, cuando se utilizaban las “libretas de anotaciones”…

Antes, los clientes anotaban y pagaban cada dos o tres meses, y en algunos casos, venían a pagar una vez al año. Hoy, esto queda prácticamente en el olvido…

Don Antonio, sus hijos Tito y Meme. 1938 (gentileza Miryam Colombotto).
Don Antonio, sus hijos Tito y Meme. 1938 (gentileza Miryam Colombotto).
Interior de negocio artísticamente acomodado.
Interior de negocio artísticamente acomodado.

 

Publicaciones de precios de mercadería, diferentes años.
Publicaciones de precios de mercadería, diferentes años

Foto 5,6,7: Publicaciones de precios de mercadería, diferentes años.

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