La galvense Julieta Amprimo fue una de las ganadoras del 2° concurso literario «De Ana Frank a nuestros días»

El 2° concurso literario «De Ana Frank a nuestros días», realizado en la provincia de Santa Fe tiene sus ganadores y una de ellas es la joven galvense Julieta Amprimo, quien este lunes fue reconocida por el senador provincial, Leonardo Diana y Leonardo Simoniello, representante en Santa Fe de las actividades del Centro Ana Frank Argentina y Coordinador de Espacios Educativos.

El senador Diana junto al candidato a concejal, Mariano Busso, agradeció la presencia de Simoniello, felicitando a su vez a la joven escritora Julieta quien se ha destacado, entre 140 participantes en la provincia y es merecedora de este premio, no solo provincial sino también nacional.

Por su parte, Julieta, de 17 años de edad, alumna de la escuela técnica N° 456 «Hipólito Yrigoyen» de nuestra ciudad, y quien estuvo acompañada por sus padres y su novio, comentó que la poesía que escribió para el concurso la había hecho hace varios años, cuando tenía 14, y trataba sobre la dictadura militar en Argentina, que era uno de los temas para participar del concurso. «Estoy muy contenta porque mi premio fue uno de los primeros y nunca imaginé que sucedería», indicó quien piensa estudiar letras o periodismo, carreras relacionadas con la escritura.

Leonardo Simoniello declaró ante la prensa que «estamos recorriendo localidades y entregando los premios con mucha satisfacción, porque uno no puede dejar de pensar cada vez que presentamos este tipo de proyecto lo que moviliza la figura de Ana ,(Frank) y de muchos otros jóvenes que vivieron la época del horror y del genocidio nazi, pero también de otros momentos, como los que se vivieron en nuestro pais. No todos los jóvenes son indiferentes y hay que resaltar que hay un lugar para expresarse, en este caso el concurso literario tanto a nivel nacional y provincial rescata el interés que inclusive, como en el caso de Julieta, lo tenía guardado y sin embargo, este tipo de temas (dictadura militar en Argentina) tiene mucha vigencia.

«Desde Espacios Educativos y el Centro Ana Frank Argentina agradecemos a quienes decidieron participar, dejando en nuestros corazones una parte de sus sentimientos, saberes y sentires. Para nosotros, cada uno de los trabajos ha sido un estímulo para seguir creyendo en la escritura como una fuente inagotable de transmisiones y legados», dijo Simoniello.

«Felicitamos a Julieta (Amprimo) y todos quienes han conseguido el mejor puntaje en las evaluaciones y los invitamos a seguir siendo parte de esta propuesta, participando de la segunda instancia basada en el Concurso de Proyectos Educativos «Inclusión social y construcción de convivencia en la escuela», resaltó.

La poesía de Julieta

“El pantano de la memoria”
Decir lo indecible.
Escribir los miedos,
las voces,
la furia.
Escribir lo atroz
para luego callar.
Las marchas de la muerte
caminan por sobre nuestros cuerpos.
El estómago se retuerce,
se refugia,
y se inquieta
como una serpiente insaciable
que se llena de migajas de pan,
y de cáscaras de papas.

Los trenes pasan
una
y otra vez…
Y se llevan los sueños,
se llevan los nombres,
convertidos en cifras enclenques.

Las muñecas tatuadas y las estrellas amarillas,
vestigios del horror.
Los números, conteos horrorosos de ojos cóncavos.

Cifras marcadas como lenguaje,
como un dialecto de procedencia desconocida,
en la memoria
y en el centro de la sienes.

El cuerpo lacerado de tanto arrastrar las cadenas.
La ropa embarrada de sangre
no se quita,
ni zurciéndola con fuerza o apretando el jabón.
Las armas son más viejas que la memoria.
Los hechos
Llevan dibujados
En el rostro
Lagrimas.
El monstruo del recuerdo
Es a veces nuestro espejo roto.
La guerra simplemente olvida,
Sin embargo
La memoria
Danza vigorosamente
Como un pez en el pantano
recobrando sus fuerzas ,
para estallar en las voces silenciadas
de nuestra historia.

Conociendo un poco más

La casa ubicada en La Rioja 2945, en pleno centro de la ciudad de Santa Fe, está en plena transformación. Tal vez la fachada no revele detalles aún, pero dentro la actividad bulle: es que pronto se va a convertir en la sede de Espacios Educativos donde confluirán las actividades del Centro Ana Frank Argentina.

En su interior, cada habitación tendrá un objetivo: definido pero no rígido. Por sus paredes discurrirán hechos a través de láminas, proyecciones, rostros, textos. Pero no como una clase formal de Historia o Geografía, sino como motivación para nuevas formas de debate y conocimiento.

Leonardo Simoniello, representante en Santa Fe de las actividades del Centro Ana Frank Argentina y Coordinador de Espacios Educativos, explica el proyecto que lo tiene entusiasmado por partida doble: por la posibilidad de continuar el camino abierto 20 años atrás, cuando La Casa Del Sur trajo a Santa Fe la muestra itinerante Ana Frank; y también porque esta es su casa, «la casa donde nací, así que este proyecto es hacer lo que más quiero en el lugar que más quiero», dice en diálogo con El Litoral.

La charla transcurre en tránsito entre un espacio y otro; en algunos la futura actividad ya es visible y palpable; otros están en construcción. Ninguno está librado al azar, ni el patio que también tendrá una función de «adquisición diferente de conocimientos para trasladarlos de una manera diferente».

Junto con Nahuel López, referente de la Casa del Sur, Simoniello cuenta que «cuando dejamos de estar alojados en San Jerónimo 1133 (donde funcionaba ese espacio) hicimos dos cosas: transformamos los proyectos en itinerantes para que puedan recorrer la provincia, y buscamos una casa», que es ésta de calle La Rioja.

«Al ser la sede de Espacios Educativos va a tener una impronta muy fuerte con la formación en situaciones históricas de violencia y sus ejes: observador pasivo, victimario, víctima y protector», anticipa. Un video realizado en Santa Fe en el año 2016 grafica este concepto a través de puntos de colores. ¿Cómo? Habrá que esperar a que abra al público pero ya se comparte en Amsterdam y en otros lugares del mundo.

«Todos nuestros proyectos van a trabajar sobre estos ejes: tenemos un método propio que se llama O.C.E.A.: observación, comunicación, expresión y acción», señala para aportar que «todo lo venimos haciendo a partir del antecedente de la formación vinculada a temas humanísticos, el aprendizaje de 20 años con el Centro Ana Frank y el eje en la comunicación interpares».

Justos y protectores

Uno de los dispositivos que se generó en la virtualidad es «Justos y protectores de todos los días», que consiste en trasladar los hechos ocurridos hace décadas a las situaciones actuales: «cómo se construye un genocidio, cómo se construye un enemigo, cómo empezamos con discriminaciones en apariencia no tan violentas que crecen en espirales más complejos».

Las actividades van a estar destinadas a docentes, estudiantes, grupos de clubes, de empresas, organizaciones y todas aquellas personas que quieran trabajar estos temas «porque reconocen alguna situación de discriminación en sus entornos».

Es que si bien la historia que se cuenta tiene un punto de partida, las situaciones de violencia se suceden en el mundo y, muy probablemente, a nuestro alrededor, donde el racismo y la discriminación por razones de género están vigentes. Entonces, es importante preguntarnos qué hizo y qué hace la sociedad en esas situaciones; dónde estuvieron los victimarios, los observadores y los protectores. «Ana escribió el libro porque existieron protectores, se pudo esconder y salvar su vida durante dos años porque hubo quienes la escondieron, le llevaron comida y la hicieron persona frente a un nazismo que deshumanizaba», reflexiona Simoniello. ¿Dónde estarían esos protectores hoy? «Tal vez en un sindicato, una vecinal, un espacio político o en la misma calle».

El recorrido por la casa no será lineal: si bien tiene espacios definidos para distintas actividades, la propuesta se convierte en circular porque en algún momento se vuelve al principio y todo cobra un nuevo sentido. «Este va a ser un centro de formación; no un museo ni una escuela, sino un lugar donde se cargue la mochila con nuevas herramientas, siempre alrededor de la figura y la mirada de Ana Frank», cuyo testimonio sigue siendo convocante.

Por qué ?

Simoniello: – Creo que hay dos aspectos fundamentales. Primero porque está la decisión de docentes y de los estados de sostener la lectura de su diario. Pero también porque es una joven que estuvo escondida, que dedicó su tiempo a leer y escribir el horror pero también la esperanza y eso se transforma en un signo de resistencia y necesidad de anclarse en un lugar para ver un poco más allá.

López: – Para la institución educativa, las asociaciones civiles y las instituciones es una posibilidad de trabajar, además de las necesidades cotidianas del día a día, en este mensaje de la no violencia. Sobre todo en una sociedad donde la tolerancia todavía no se termina de concretar. Para muestra, en el Día Internacional de la Paz aparecieron pintadas antisemitas en el Cementerio israelita.

Una historia vigente

Ana Frank escribió su diario entre el 12 de junio de 1942 y el 8 de agosto de 1944, mientras vivió escondida durante la Shoá (Holocausto) Ana Fallece en el campo de concentración de Bergen-Belsen unos meses antes de que finalice la guerra.

El diario de Ana Frank se ha convertido en uno de los libros más leídos del mundo. Ha sido traducido a 60 idiomas, llegando a más de 25 millones de personas.

Con el paso del tiempo el libro se ha convertido en un símbolo de lucha en defensa de los derechos humanos contribuyendo con su mensaje de paz. (Texto extraído de la presentación de la exposición itinerante «Ana Frank. Una historia vigente», de 2001 en La Casa del Sur).

Por qué en Santa Fe?

Héctor Shalom es Director Ejecutivo del Centro Ana Frank Argentina y explica por qué se eligió trabajar en conjunto con Santa Fe para desarrollar hace 20 años la exposición y ahora el proyecto que cobijará la casa de La Rioja 2945.

«La política de la Casa de Ana Frank es llevar exposiciones itinerantes a recorrer el país y el mundo. Muchas personas visitan la Casa de Ana Frank en Amsterdam; esto significa que hay un enorme interés por su historia. Entonces, la Casa produjo una suerte de museo gráfico itinerante que, convertido en paneles, trajimos a la Argentina. Santa Fe fue una de las primeras ciudades en recibir la exposición a través de la gestión de Leonardo Simoniello y la Casa del Sur», explicó.

Las exposiciones viajaron por más de 25 localidades de la provincia y «desarrollamos proyectos hasta que surgió la idea de dar un paso más que es tener un espacio con una exposición permanente de la historia y su contexto. Así que ¿por qué Santa Fe? Porque es la provincia donde hemos tenido el desarrollo más amplio de actividades en todo el país».

– ¿Por qué la de Ana Frank sigue siendo una figura tan convocante y posible de extrapolar a la actualidad y a la vida de otros jóvenes?

– En principio es un texto escrito por una adolescente de entre 13 y 15 años que identifica rápidamente a otros adolescentes porque relata cosas que son significativas también hoy: sus sueños, frustraciones, las peleas con sus padres, enamoramientos, cuestionamientos sobre la guerra. Tiene interrogantes que son muy similares a los que se hace una adolescente hoy en nuestro país. Y está la particularidad de que fueron escritos en una situación de encierro y persecución por el nazismo con la amenaza permanente y el final trágico que fue morir en un campo de concentración. Pero a la vez, ella expresa en el mismo diario que sueña con ser periodista y escritora; y escribir una novela que llamaría «La casa de atrás» como denominaba al lugar donde se escondieron ella y otras personas. Entonces, es también la historia de un padre que le cumple el sueño a su hija y publica un diario encontrado por azar.

– Es un momento históricamente diferente pero hoy la violencia y la discriminación siguen presentes.

– Para nosotros es muy importante, con todo el respeto por las diferencias, establecer los vasos comunicantes de lo que significa cierto concepto de superioridad que habilita a que el inferior sea tratado como objeto. Esto es aplicable también en la cultura patriarcal y la violencia de género. Los judíos eran perseguidos por extranjeros, también los afrodescendientes y el tema de los migrantes sigue siendo uno de los más significativos en el mundo.

Es un ejercicio fuerte entender cómo estas discriminaciones encontraron en el nazismo su manifestación más extrema, pero hoy siguen estando presentes. Toda nuestra pedagogía de esperanza y responsabilidad social convoca a asumir roles activos frente a todo fenómeno de violencia y discriminación, y propiciar modelos de construcción de convivencia.

Las actividades en la Casa de Ana Frank, en Buenos Artes, se están abriendo al público a medida que se dejan atrás las restricciones. Mientras tanto, se desarrollan visitas virtuales (que involucran también a escuelas santafesinas) y otro proyecto entusiasma a su director: «Estamos trabajando en 11 unidades carcelarias con jóvenes de 18 a 20 años,y con cadetes de la policía y de la Escuela Penitenciaria sobre lo que significa el empoderamiento sobre sus propios derechos y su responsabilidad sobre los derechos ajenos», cuenta Shalom.

Y deja para el final un proyecto que, literalmente, se pondrá en marcha en octubre y tendrá a la ciudad capital como uno de sus destinos: «Un museo móvil en un tráiler muy grande que va a recorrer las plazas públicas del país», también de Santa Fe. (Algunos datos extraídos de El Litoral)

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