La provincia de Santa Fe está atravesando una profunda crisis educativa y de
inseguridad que no es más que el reflejo de la profunda crisis política, producto de un gobierno que ganó las elecciones hace 3 años pregonando un eslogan de campaña que, evidentemente, estaba vacío de contenido, sin plan ni equipos preparados para dar respuesta a la principal preocupación de las y los santafesinos.
Desde el Partido Socialista, sostenemos que el fracaso de las gestiones de los ministros Marcelo Saín y Jorge Lagna no es otra cosa que el fracaso del gobernador Omar Perotti. En poco más de dos años y medio, ya pasaron por la gestión tres ministros de Gobierno, tres ministros de Seguridad, cinco titulares del Servicio Penitenciario, tres jefes de policía provincial y en Rosario, se reemplazó a la conducción en 10 oportunidades. Los más de 190 homicidios dolosos en el departamento Rosario en lo que va del año, que ya supera el total de muertes violentas registrado en 2019, es la consecuencia más dolorosa de la improvisación y la insensibilidad.
En estos casi 1000 días de gestión del gobierno de Perotti, se desmantelaron todos los programas integrales que se habían implementado en el gobierno del Frente Progresista, Cívico y Social y que estaban dando resultado en la disminución de los índices de violencia. El Plan Abre, el Nueva Oportunidad, el Vuelvo a Estudiar son algunas de las exitosas y reconocidas políticas sociales que fueron desestimadas desde un primer momento, cuya ausencia se siente en los barrios más vulnerables.
Como en tantas otras áreas de la gestión de Perotti, la subejecución presupuestaria es la regla que lamentablemente atraviesa a su gobierno. Muestra de ello, es la incapacidad para utilizar los 3.000 millones de pesos que en septiembre de 2020 se anunció que llegarían a Santa Fe desde el gobierno nacional. Ya pasaron casi dos años desde que el presidente Alberto Fernández, a la vista de todo el país, le pidió al gobernador Perotti que “le preste atención a Rosario” y a la violencia del crimen organizado. Los fondos para invertir en tecnología y equipamiento fueron enviados al poco tiempo, sin embargo, a casi 700 días de ese anuncio, el proyecto sigue sin concretarse.
De la misma manera, la crisis que enfrenta el sistema educativo santafesino es alarmante. A los paros reiterados por la falta de diálogo del gobierno, se agregan los resultados de una pandemia en la que el Ministerio de Educación dejó en soledad a las y los maestros; dio por tierra con el Vuelvo a Estudiar; no invirtió en la reparación de edificios escolares, cuyo deterioro se hizo evidente y en muchos casos no pudieron contar con servicio de gas, impidiendo el funcionamiento de comedores; y como si fuera poco, en las últimas semanas anunció unilateralmente y sin ninguna discusión que se elimina la repitencia.
La sistemática reducción del presupuesto educativo santafesino, es el reflejo de toda esta desidia; y el conflicto docente que se está desarrollando, y que deja sin clases a cientos de miles de niñas, niños y adolescentes es un agravante más. Acostumbrado a una relación con las cúpulas de los gremios, el gobierno de Perotti demuestra una vez más la ausencia de gestión y de proyecto: los docentes no solo exigen una recomposición salarial sino mejores condiciones de trabajo y la discusión de las políticas educativas que este gobierno sigue sin tener.
Frente a estas dos crisis, como ante casi todo, el gobierno provincial se hace el desentendido y no asume ninguna responsabilidad. La ausencia de respuestas, de plan y de diálogo es el factor común.
Frente al agotamiento del mandato de Perotti, desde el Partido Socialista sostenemos que tanto la educación como la seguridad son cuestiones que demandan de manera urgente acordar políticas de Estado que expresen el consenso de todos los actores y de la totalidad del arco político, para comenzar ya mismo a dar respuestas que requerirán de mucho esfuerzo y comprometerán al futuro gobierno de Santa Fe. Mejorar la calidad de vida de las santafesinas y santafesinos debe ser el único objetivo.