Imposición del nombre «La Esquina del «CHONGO» RAMPONE» en Belgrano y Sarmiento

A partir del 2019 se estableció en Gálvez la ordenanza Nº 4562/2019 que hace referencia a la necesidad de reconocer figuras destacadas de la cultura local, cuya trayectoria haya dejado una huella en la sociedad galvense, dando a conocer a las nuevas generaciones los referentes que son parte del patrimonio cultural intangible de nuestra comunidad, exponiendo nuestra historia local para su reconocimiento y referencia, y convirtiéndose en una forma de homenajear, dándole su nombre a una de las esquinas que haya tenido vinculación con su historia personal.

A partir de allí varias fueron las esquinas donde se ha impuesto nombres, como por ejemplo la de «Chiquito» Quiroga» en la intersección de San Martín y Belgrano; «Rafildo Mainardi» en Jorge Newbery y Beethoven; «Analía Bocassi» en Liniers y Moreno y en la 10º sesión Ordinaria del Período Legislativo del Concejo Deliberante que se llevó a cabo este mes y mediante Banca Ciudadana, se presentó un Proyecto referido a designar con el nombre de “La Esquina de Raúl Olguín – Instructor de Karate Do Miyazato” la intersección de las calles Mitre y Yapeyú.

Y este sábado 19 de agosto de 2023, no será un sábado más para familiares, amigos y allegados de quien fuera Luis Rampone, el «Chongo», ya que la esquina de Belgrano y Sarmiento, donde se encuentra la farmacia que hace referencia a su apellido, a partir de ahora se le impuso el nombre de «La esquina del «Chongo» Rampone», colocándose un cartel sobre una de las paredes, ante la presencia, también de autoridades, como el intendente Mario Fissore, y los concejales Martín Luna y Gustavo Lamberto, quienes presentaron el proyecto que fuera aprobado por unanimidad, tras los votos afirmativos de los ediles Virginia Vottero, Hugo Basignana, Emanuel Boero y Mariano Busso (Ordenanza 4739/2022).

Entre los considerandos se manifiesta;

Que, mucho tiempo antes que las calles céntricas pasarán a llamarse Sarmiento y Belgrano, ya estaba, medio siglo antes que llegara el pavimento ya era un lugar de encuentro para cualquier habitante de la colonia pujante que se expandía rodeando al
ferrocarril.

Que, la esquina de la farmacia ya era una referencia para llegar de un barrio, que parecía lejano a pesar de estar solo a unas pocas cuadras, hasta la esquina más céntrica.

Que, la farmacia Rampone pasó los cien años, seguramente uno de los emprendimientos con mayor permanencia en la historia local.

Que, desde hace más de ochenta años la gente bautizó la esquina donde se encuentra el negocio como la “esquina del chongo”, por el apodo del propietario Sr. Luis Rampone.

Que, los habitantes de más años, que son fuentes de una historia no escrita que se comenta en la mesa de un bar o una reunión familiar cuando afloran los recuerdos y alguien cuenta, que la primera calle que se pavimentó en Gálvez fue calle Belgrano.

Que, la calle céntrica, que en los días de lluvia era un verdadero lodazal, solo atravesada por carros tirados por caballos y los pocos autos que existían, tenía puntos muy marcados, la estación del Central argentino, luego ferrocarril Mitre al fondo de la calle, la tienda Casa Rosa, Etchegaray y Antola, la joyería Stronk, el Barato Roma, el hotel Botta, la tienda de Zippes, el quiosco del Mono, el bar Bosco y la farmacia del Chongo.

Que, todo cambió con el tiempo, las nuevas modalidades comerciales generaron tremendas mutaciones, hoy solo subsisten los A 40 años «Malvinas Nos Une»… viejos edificios con otros nombres y otras actividades, solo la farmacia atravesó el siglo.

Que, el “Chongo Rampone” falleció hace 23 años y en la actualidad subsiste su farmacia y su esquina.

Que, el Honorable Concejo Deliberante recientemente ha denominado esquinas de la ciudad, con el nombre de personas destacadas, esta modalidad que es un reconocimiento y un recuerdo a Galvenses que dejaron huellas en sus vidas en nuestro pueblo.

Que, darle el nombre formal, por una ordenanza municipal, a la “esquina del Chongo” es legitimar la voz de muchos seres anónimos, que desde el fondo de nuestra historia decidieron que la esquina de Sarmiento y Belgrano se conozca con ese nombre.

Que, uno de nuestros artistas más destacados Juan Pablo Geretto ha llevado “la esquina del chongo” a los teatros de la calle Corrientes de la ciudad Capital, cuando en sus monólogos recuerda su infancia y los encuentros en la esquina más popular.

Que, Luis Rampone nació en 1916, a los doce años ingresó como cadete en la farmacia Rampone que había fundado en 1915 Antonio Rampone. Al retiro de este, Luis pasó a ser titular del emprendimiento hasta su jubilación.

Que, Luis era una persona solidaria, alegre, de gran corazón y nadie se iba de su farmacia sin el remedio, aun si no tenía como pagarlo.

Que, además de su actividad comercial tuvo una profusa participación en la vida deportiva, política y social de nuestra ciudad.

Que, fue jugador y dirigente del Club Deportivo Atenas, Concejal de la ciudad por la Unión Cívica Radical Intransigente, socio fundador del Banco de Sangre, socio fundador del Jockey Club Gálvez, donde la pista de carreras lleva su nombre. También fue socio fundador de Droguería San Jerónimo y criador de caballos que obtuvieron importantes premios en los hipódromos de Palermo y San Isidro.

Por todo ello, el Honorable Concejo Municipal en uso de sus facultades que le son propias sanciona la siguiente:

ORDENANZA

ART.1º)-DESIGNAR con el nombre de “La esquina del Chongo
Rampone” la intersección de las calles Belgrano y Sarmiento en referencia al Sr. Luis Rampone.

ART.2º)-COLOCAR en la mencionada intersección algún elemento identificador, el que podría tratarse de cartelería que se adjunte a los nomencladores de las calles o, en su defecto, alguna placa sobre la pared.

Testimonios:

Ana María «Tati» Rampone: «Todavía hay gente que dice «nos vemos en la esquina del Chongo», pero, hasta gente que no tiene idea quien fue, pasan, ven y preguntan y así como mi Papá, hay muchas personas en Gálvez muy valiosas que debemos continuar rescatando. El Chongo era una persona amorosa, estricta, alegre, con una fortaleza importante y un trato excelente. Si él tenía algún problema, cuando venía a su trabajo se acababan los mismos, siempre lo ibas a encontrar con una sonrisa, un chiste por decir, una mano para extender. Su vida era la familia, su trabajo y los «burros y un grano colaborador con la mayoría de las instituciones, familiarizándose mucho con el Banco de Sangre, jugaba en Atenas y trabajó mucho para esa entidad, también estuvo en el Concejo Deliberante, siempre con el mismo corazón, esfuerzo y espíritu».

Hugo Robatta, quien trabajó tres años junto a Rampone, expresó: «Fue un gran ser humano, aunque no tenía el título de farmacéutico en aquel tiempo, pero sí hizo un curso… era un auténtico farmacéutico, porque había una mezcla de bondad, generosidad y solidaridad. He visto, emocionado, que nadie se iba de la farmacia Rampone sin su medicamento, tengas o no dinero. Es más, a veces venía gente y le preguntaba a quien ingresaba a la farmacia -algo que para nosotros era habitual-; «que te te pasa» y el cliente le respondía «tengo ciertos dolores, fui el médico, me dijo que tengo que ver un especialista». Inmediatamente, se iba para atrás, llamaba por teléfono a un especialista amigo de Rosario y volvía con el cliente y le decía: «Esta tarde te espera el especialista en Rosario, tomate el Galvense y andá… o le decimos al «Toto» o al «Juan» que te lleve». La cantidad de veces que colaboró con personas, no sólo dando el medicamente, son muchísimas. Fue un «tipo» comprometido con quien llegaba con algún problema de salud y era feliz pudiendo ayudar y colaborar con quienes venían a la farmacia. Un hombre solidario, siempre trasciende y él trascendió».

 

 

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