Essen, verdadera potencia: la cacerola que ya vendió más de 30 millones de unidades

Venado Tuerto, es reconocida en el sur provincial por la solidez de sus industrias. Una de ellas, es quizás con quien más emparentan a la ciudad en cualquier punto del país y tiene forma de cacerola: se trata de las ollas Essen.

Hace cuatro décadas, asomaron los primeros prototipos en la vidriera del bazar que aun hoy se encuentra en Belgrano al 300, pero que en aquel entonces no llegaron a ningún hogar. Hoy, se podría decir que llegaron a 30 millones de familias, no solo de Argentina, sino también de Latinoamérica.

Están con filiales en nuestro país (en cualquier localidad hay una emprendedora Essen y las cacerolas llegan por correo de la mano de Andreani), Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú. A su vez, realizan pruebas piloto en Estados Unidos y hay chances de incursionar en Ecuador y Colombia.

Por mes fabrican alrededor de 60 mil cacerolas y más de 700 mil al año, es decir que en 40 años de vida comercializaron más de 30 millones de unidades. De ese total, el 30 % se exporta y el 70 % restante queda en el mercado local. ¿Los precios? De 20 mil una “inicio de gama” a 40 mil pesos, donde se destacan las “mil maneras distintas” de pagarlas y financiarlas. Son fuente de trabajo para 320 empleados en la planta modelo del Parque Industrial de Venado Tuerto, más cerca de 80 administrativos y una red cercana a los 20 mil emprendedores que los representan en toda la región.

Gen emprendedor

Helga Yasci, es hija de Wilder, el fundador de la firma. Hoy está cargo de gerencia de Cultura y Motivación. Es la cara visible de la familia, que mantiene viva la llama emprendedora. Estudió abogacía, pero siempre quiso ser parte de la empresa, lugar en el que comenzó a trabajar hace 20 años.

“Arranqué como emprendedora, vendiendo cacerolas y estuve en al área comercial en distintos lugares. Mi rol hoy es estar con la red de 20 mil vendedores de nuestros productos. Es el área que me gusta y donde siempre quise estar, que es el desarrollo de las personas”, contó a Sur 24.

Abogada y con un máster en negocios, es actualmente parte de una entrepreneurs organization (EO) a nivel mundial, donde se nutre de empresas y emprendedores, para no solo ver hacía donde va el mundo comercial, sino para aplicar todos esos conocimientos al universo Essen. “Me pasa cuando me encuentro con alguien que me pregunta que hago, todos tienen una historia con sus cacerolas Essen. Por abuelas, tías, madres, colores, comidas que preparan o porque duran para siempre. Dimensiono lo que somos no por el número de venta sino por la historia del producto cuando entra en una casa. Genera algo distinto al resto de los electrodomésticos”, aseguró.

Para Helga, la vigencia de las ollas venadenses tiene que ver sin dudas -además de la calidad- en el cómo se vende: “No es un producto más de la góndola (por eso no está en supermercados o bazares). Hay alguien que explica lo que representa la olla, como pueden obtenerla y la durabilidad. En un momento mi papá, a los 15 años de Essen, dijo que al final somos nuestro máximo competidor. Y es así. Competimos contra nosotros mismos porque vendemos cacerolas para toda la vida”.

De hecho, en esto del feedback con los usuarios, destacó que con el plan canje que realizan (uno entrega la olla vieja en parte de pago por una nueva o bien se queda con el dinero), llegaban las viejas cacerolas a la fábrica con cartas de despedida en su interior: “La gente dejaba notas despidiendo a algo que estuvo en la casa durante tanto tiempo. Recordaban cumpleaños o comidas familiares. Hay un vínculo increíble entre las personas y las ollas”, ponderó, haciendo referencia al momento en el que toma dimensión de la cantidad que vendieron en 40 años.

“Nuestro canal es la venta directa. Nunca competiríamos con eso. Nuestros origines nos mostraron que era una mala manera vender fuera de este sistema. Además, nos encanta esa forma. Fabricar, vender y empoderar personas. Ellos alcancen sus sueños a través de este emprendimiento. Nos gusta que ellos lo vendan. Que lo recomienden y lo vivan. Si no fuese por los emprendedores no hubiésemos vendido más de 30 millones de cacerolas”.

En esto de crecer en ventas, la mirada se posa actualmente en el social selling, donde Helga invierte mucho de su tiempo: “Mis seguidores (@helguita.essen en Instagram, donde tiene más de 18 mil) son Essen. Me dedico mucho a ellos. Ni siquiera uso Facebook o perfiles privados. Les hablo a los emprendedores. Mi rol en la empresa es ese. Entré hace 20 años como emprendedora, vendiendo cacerolas. Esos fueron mis origines y mi primer entrenamiento cuando terminé la universidad”, agregó. (Fuente: El Litoral).

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