(Por Ernesto Monti)
Después de la venta de «La Galvina» mi padre, Amadeo Monti, inicia otra actividad y acá comienza otra historia que es la del “Mercado Central”. Así se llamaba una aventura que hizo que se instalara en Gálvez un negocio que realmente fue pionero, no eran épocas para esta clase de emprendimientos, reservados sólo para grandes ciudades.
Ubicado donde actualmente se encuentra el Banco Macro, el día de su inauguración, allá por el año 1955-56, recuerdo muy bien a una persona que, sin esperar que la cortina se levantara completamente, entró diciendo: “ Los dos somos central”… se trataba de Luli Moreno, lo decía en referencia a su negocio llamado Bazar Central.
El muy novedoso mercado central tenía: librería y kiosco que atendía la señora Nidia Balaudo, rotisería que contaba con modernos hornos y equipamiento muy completo donde Margarita Colombatto y doña Frida Bravín se lucían con sus riquísimos platos, incluida una “pastafrola irresistible”.
Seguía la carnicería atendida por don Vanzetti donde, don Bonifacio Herrera y Don Feliciano Urquiza encargados de la parte de chacinados, elaboraban todo lo referente a este rubro. Recuerdo una batea de 2m x 1m x 0,20 m de alto que mi padre hizo fabricar para la elaboración de dichos productos. Las cámaras frigoríficas eran realmente novedosas, tanto por su tamaño como por su moderno diseño, permitiendo que la media res que se descargaba fuera siendo trabajada primero en el desposte y luego llevada a la cámara citada. La cantidad de animales faenados era tan importante que debió construir una barraca para poder comercializar los cueros.
Había también una Pescadería atendida por el Sr. Sangiácomo de Barrancas. El pescado de río se traía de Coronda, el proveedor era Nicasio Rodríguez y el de mar llegaba por ferrocarril enviado por una empresa de Rosario llamada S.A.P y A sucursal de una firma de Mar del Plata y se almacenaba en otra cámara construida para tal fin.
Seguía luego un muy completo almacén atendido por Toto Boero. La verdulería atendida por el Sr. Zaghis de Barrancas, recuerdo que por la mañana llegaban lienzos con gran variedad de verduras que provenían de las quintas de los señores Miola y Ortolano.
La heladería cuyo puesto daba a calle Sarmiento era atendida por Nancy Córdoba siendo el maestro heladero Don Serra.
En el frente del local, había un techo a modo de alero, que cuando se instaló uno de los bancos (creo que era el Banco Rural) fue demolido.
En el centro del local estaba la caja, la cajera era Nelly Púzzolo. La caja funcionaba mediante la entrega a cada cliente de un ticket en el cual, cada puesto donde se efectuaba la compra, anotaba el importe que luego pagaba al terminar el recorrido por el local. Digamos que don Monti, erró con la ubicación de la caja… ya que al no estar en la puerta del negocio algunos clientes “pasaban de largo…”
No sé exactamente cuánto tiempo funcionó el novedoso Mercado Central, creo que no más de tres o cuatro años, ya que a pesar de ser aceptado por los clientes, era un sistema desconocido todavía y no fue fácil manejarlo.
Agradecemos a Daniela Mio y Roberto Trabuchi por las fotos y a Miguel Vanzetti, Pelusa Urquiza, Arnoldo Garnero y María Ester Colombatto por los datos de los nombres de las personas de algunas fotos.
