El ámbito fue el ideal, la Biblioteca Popular «Dr. Andrés Egaña» para que la ex docente y escritora Mimí Rodríguez brinde un encuentro abierto hacia toda la comunidad sobre «La segunda Primavera».
En el murmullo de una biblioteca colmada a minutos de la charla de Mimí, expresó a los medios; «me alegra que esté llena la biblioteca y espero que no se arrepientan de haber venido y si se levantaran y se fueran me angustiaría (sonrisas). Siempre traté de hacer en toda mi vida lo mejor posible, pudiéndome salir bien o no, pero no se puede dudar de mi intención, la de hacerlo bien y ojalá que resulte sobre «La Segunda Primavera».
Siempre valoré cuando precisé ayuda y me la dieron, por lo tanto en la medida de lo posible cuando pude ayudar, ayudé… no me borré nunca porque creo en ello. Entiendo que la verdadera fe en Dios, la verdadera religión es darle una mano al que lo necesita y no estar sentada en la iglesia y estar pensando a quien puedo jorobar. Pienso en eso, en dar una mano», y vaya si la ha dado tanto como docente, directora, etc.
Con respecto a los recuerdos galvenses señaló que «me fui a Rosario, hice el traslado domiciliario a Rosario, pero mi corazón y yo seguimos viviendo en Gálvez, mis raíces y mi historia están acá. En octubre cumpliré 83 años pero después que me jubilé me puse a hacer otras cosas, no me he quedado sentada, porque aparte tengo la suerte de tener 8 nietos (cinco mujeres y tres varones) con los cuales compartimos un montón de experiencias, que es la segunda etapa de una vida y ahora la suerte de tener una bisnieta. La vida fue muy generosa conmigo, es una experiencia única, mágica e irrepetible…, no la desperdicien, hagan algo con su vida, no es para estar sentada mirando el almanaque, es para vivirla…».
«Mi abuela materna nos sacaba junto a mis hermanos los domingos de invierno, que había solcito, y nos llevaba a caminar y nos contaba todas las historias de esta ciudad. En ese momento, Gálvez terminaba en las Cinco Esquinas y nosotros caminábamos hasta el cementerio. Vivía cerca de la farmacia Italiana, sobre calle Rivadavia y mi abuela llevaba en una bolsita masitas y en otra mandarinas, porque sabía que después íbamos a tener sed. Yo tenía siete años, mi hermano cinco y mi hermana casi cuatro y cuidadito con tirar las cáscaras al piso. Y de ahí me viene eso de contar cuentos, de inventar historias, que las seguía haciendo con mis nietos y este jueves la charla es una sorpresa, con verdades, pero dichas de una manera jovial y que seguramente el público reirá…
«Hay cuatro estaciones en el año, pero todas en una sola versión… Yo les regalo una versión más, «La Segunda Primavera«, la cual tiene una fecha de inicio concreto y un episodio concreto, parte de un hecho histórico», dijo Mimí, para luego… el encuentro de este jueves 30 de mayo se lleve a cabo ante una espacio físico que a sala llena le dio calor en una tardenoche fría.