Es martes a la mañana y el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Danilo Capitani, recién regresa de Rosario donde, desde este jueves y hasta el 8 de mayo, se disputarán los Juegos Suramericanos de la Juventud. De su cartera depende la Secretaría de Deportes que desde hace meses tiene la mira puesta en uno de los acontecimientos del año. Un acontecimiento positivo, sin dudas, que requiere de toda una logística y coordinación.
– Están a full.
– A full con eso. Y con todo-, responde Capitani al inicio del diálogo con El Litoral.
«Todo» involucra la larga lista de temas que aborda su cartera, desde las infancias hasta las personas mayores, desde las demandas sociales hasta la asistencia como paliativo mínimo para tantos hogares y, claro, la actividad deportiva donde «los clubes -asegura- son grandes aliados».
Cada vez que se pide una entrevista en el ministerio ubicado en Almirante Brown al 6900 de la ciudad de Santa Fe es para evaluar necesidades, demandas y porcentajes. Y esta no es la excepción.
– ¿Cómo impactaron en Santa Fe los últimos índices de pobreza, desempleo e inflación?
– Lo que pudimos analizar de los datos es que, por un lado, hubo una salida de la pandemia y eso se vio en la actividad que creció muchísimo en la provincia y generó una baja en los índices de pobreza. Esto tiene que ver fundamentalmente con el crecimiento del empleo formal. En este punto, vale una aclaración: cuando hablamos del índice de pobreza se comete el error de pensar que tiene que ver con la asistencia y en realidad estamos hablando del ingreso.
La asistencia garantiza que no falte comida en la mesa de la gente, pero hay otras causas que influyen sobre esa situación. Uno es el tema de la inflación y el aumento de precios de los alimentos. En el Ministerio hacemos licitaciones y la inversión de las primeras que se hicieron este año respecto del año pasado son superiores al 70 % con los mismos productos: leche, aceite, yerba, fideos, puré de tomates, es decir, básicos, a lo que se agregan otros tres (caballa, arvejas o lentejas y avena) para asegurar un mayor valor nutricional.
En números, la licitación del año pasado fue por un monto de 170 millones de pesos y la de este año llegó casi a 300 millones con los mismos productos.
– ¿Cuánto es atribuible a la pandemia, cuánto a la inflación y cuánto al contexto internacional?
– Todo influye. Hubo un aumento de precios que tiene que ver con el contexto internacional de guerra, como en el caso de la harina y el aceite. Después, tenemos un aumento de precios importante y, si bien se está saliendo, la pandemia todavía influye.
– A nivel nacional hay permanentes movilizaciones de grupos que reclaman por fondos y programas. ¿En Santa Fe observan el mismo nivel de movilización?
– Hay algunas movilizaciones. Tenemos una relación permanente que empezamos a construir cuando comenzó la pandemia a través de los comités de crisis, sobre todo en el reparto de alimentos en los barrios más vulnerables de los conurbanos de la provincia. Esa relación nos permitió tener una mesa de diálogo permanente con las organizaciones sociales. La decisión del gobierno nacional es no seguir aumentando los planes sociales y empezar a trabajar en programas vinculados al empleo: creemos que es el camino que tenemos que emprender para mejorar los índices actuales.
La provincia muestra una recuperación en sectores dinámicos de la economía como es la construcción, a partir de la inversión en obra pública. Eso tiene que ver con el trabajo. Como también la industria metalmecánica, las pequeñas y medianas empresas que fueron creciendo y han generado empleo formal. El cambio de planes sociales a empleos se logra a través de distintos programas como Santa Fe Más y Potenciar Trabajo, que permiten la capacitación en oficios y una contraprestación que mejora los ingresos.
Este cambio genera en algunas organizaciones la sensación de que se van a cortar los programas: no se cortan los programas, lo que se hace es dar a las personas la posibilidad de mejorar sus ingresos a través del trabajo en un lugar determinado, como una obra en construcción, una fábrica, una pequeña y mediana empresa o un servicio.
– Tal vez el acceso a los planes es más rápido y masivo que esa inserción laboral.
– Es más rápido pero no siempre tiene impacto positivo en las familias. Un programa social nunca va a cubrir la canasta básica de alimentos, pero sí se puede llegar al salario mínimo, vital y móvil con una contraprestación.
– ¿Cuántas personas están comprendidas en el programa Santa Fe Más?
– Este es un programa provincial de capacitación en distintos oficios y de las 22 mil personas que teníamos en los talleres en 2020, pasamos a cerca de 26 mil en 2021. Además, antes estaba en 25 localidades y ahora llega a las 365; para ello se trabajó mucho con intendentes, presidentes comunales, instituciones intermedias y organizaciones sociales. Tiene un incentivo de un valor muy pequeño, pero que en grandes ciudades permite el pago del transporte y los gastos mínimos para asistir a los cursos y talleres que son de 3, 6 y 9 meses. Después se busca la vinculación con el trabajo formal.
– ¿A cuantas personas se logró insertar en el empleo formal?
– Se están insertando permanentemente, sobre todo en construcción a partir de un convenio con Uocra y con la Cámara de la Construcción. También funciona muy bien el sector de metalmecánica; en este caso por convenios con la Uom y empresas metalúrgicas de la provincia.
– ¿También participan mujeres en los ciclos de formaciones en oficios?
– En construcción hay talleres integrados totalmente por mujeres. Otro rubro en el que estamos trabajando fuerte es el textil (fábrica de alpargatas, zapatillas, ropa de trabajo) siempre en convenio con municipios y comunas, y en la economía del cuidado: desde las distintas áreas del ministerio se da impulso a esta actividad que emergió claramente con la pandemia.
– ¿Cómo funciona la coordinación entre ministerios? Durante la pandemia y en los operativos sanitarios el eje estuvo en Salud pero en un trabajo conjunto con Desarrollo Social.
– Desarrollo Social tiene un gran trabajo en territorio. La razón de ser de este Ministerio tiene que ver con la llegada rápida y efectiva, y para eso hay que estar allí. En los vacunatorios tuvimos una muy fuerte interacción con el Ministerio de Salud. Con Gobierno y Seguridad estamos trabajando mucho, sobre todo en los barrios que están marcados como más calientes en los distintos conurbanos.
El Plan Incluir tiene ese objetivo de llegar con un trabajo multiagencial a esos sectores para modificar la situación, sobre todo en el tema violencia. Hay áreas que por su complejidad, como Niñez, requieren de un trabajo coordinado con Educación, con Salud y Gobierno.
– Cada localidad tiene su impronta, pero Rosario significa un desafío particular.
– Si, nos obliga a estar permanentemente en el territorio. Ahí hay una tarea muy fuerte de los referentes barriales en conjunto con las organizaciones sociales que están establecidas en cada barrio.
– ¿Qué se trae del territorio Desarrollo Social?
– Algo que viene de muchos años atrás con situaciones que no se han solucionado en su momento; hay muchos reclamos, gente que la está pasando mal, que necesita del acompañamiento del Estado. Tratamos de articular todo porque nos sirve mucho que los actores sociales de cada territorio también jueguen este partido: no es un partido que podamos hacer solo desde el Estado. Acá, si no se hace con el granito de arena que puede aportar cada uno va a ser muy difícil cambiar esa situación.
En este punto tenemos a los clubes como grandes aliados. Por eso nuestra política desde la Secretaría de Deportes fue de apoyo hacia los clubes de barrio, tanto económico como de acompañamiento para que los profes estén al lado de las niñas, niños y adolescentes y a través de infraestructura para que puedan mejorar y garantizar la accesibilidad de su población.
95 %
Los deseos para el año se suelen pedir en diciembre o, como máximo, a principios de enero. Pero a fin de 2021 todavía había mucha incertidumbre por la emergencia sanitaria y a comienzos de éste ya se atravesaba una tercera ola de Covid 19. ¿Qué se puede esperar para lo que queda de 2022? «Que podamos seguir gestionando como lo venimos haciendo, que lleguemos a cada uno de los territorios y que sigamos trabajando en forma articulada», dice Danilo Capitani mientras exhibe lo que para él representa un dato positivo como es el 95 % de ejecución presupuestaria.
¿Qué significa esa cifra? «Que a pesar de la pandemia, de que muchas personas se tuvieron que aislar o estuvieron enfermas, se llevaron adelante con mucho esfuerzo todos los expedientes para que se puedan resolver». (Fuente: El Litoral).